¿Pena de amor...?
¿...desilusión?
A veces es sólo un deseo de que los otros hubieran actuado diferente
para poder seguir queriéndolos.
viernes, 21 de diciembre de 2012
viernes, 9 de noviembre de 2012
Una sensibilidad que no muchos
entenderían.
Un sentir que las cosas… te superan,
son siempre más fuertes que vos.
Sentir que sos débil, un antifaz mal
acomodado, y que por la pequeña ranura de piel: se te ve todo. Nadie te cree.
Caminando por la cuerda floja de una
vereda donde por todos lados llovió con sandalias no diseñadas para la
situación. Mal calzada para la lluvia, aunque siempre descalza para el calor. Mal
vestida para el mal tiempo, en pelotas para cualquier otra situación.
Ser consciente del pelo en la cara, las
ojeras, las sonrisas falsas, las situaciones incómodas, los sentimientos
incómodos que preferirías nunca haber reconocido.
Estar analizando todo en todo momento.
Sentir lo que pensás todo el tiempo. Sufrir
la carga de la coherencia, de la conciencia. Y no poder evitar lo que sentís,
por más de que lo quieras negar, hacer ojos ciegos, ante cada negación se te
salta el corazón en el pecho como un perro furioso. Sólo algunas caricias lo
calman; pero las caricias no llegan nunca de las manos que querés, siempre de
las que creías no necesitar.
Estar aprendiendo a cada momento,
sorprendiéndote siempre que las personas cometen algo impredecible, como si lo
supieras todo.
Querés probar el fracaso porque en el
fondo es lo único con lo que te reconocés. Querés saber, ¿es tan grave?, ¿de
verdad se siente tan mal? Y vas a comprobar que no para que no te de miedo. Querés
cambiar pero no tenés los huevos, pedís a gritos un hombre para que te los
preste. Estás por hacer una estupidez.
No te gusta sentirte tan sensible, te
hace sentir vulnerable, débil, con poquita ropa, y no creés que nadie pueda ser
tan delicado ni darte lo que querés. Tenés tanto miedo. Miedo de no ser lo que
querés.
Lo que no sabés: es que es el único
miedo que está justificado.
Es el único miedo que tenés derecho a
tener.
martes, 6 de noviembre de 2012
Mirando hacia afuera con ojos grandes, vivo acurrucada. Las personas pasan y sólo estiro el cuello para mirarlas pasar, con ojos grandes.
Mis ojos las siguen y la mirada se me va con ellas.
Entiendo.
Mi ombligo no es nada más que una cicatriz.
Ojos grandes.
Muchas veces entiendo.
Entiendo que a todos los mueve algo.
domingo, 4 de noviembre de 2012
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